Se puede acceder a este singular
pueblecito alcarreño, desde la carretera general que une Sacedón con Cifuentes
–recordemos, que en ésta última población, se localiza la iglesia del Salvador,
que todavía conserva en su magnífica portada de Santiago, una de las joyas
románicas de toda la provincia-, quedando situado, aproximadamente, a unos 15 ó
20 kilómetros de Córcoles y el monasterio de Monsalud. Lo más destacable, como
comprobará el viajero que un día se aventure a acercarse hasta allí, es el
imponente farallón rocoso, a cuya vera se acoge el pueblo…. Pero La Puerta,
también es un lugar que ofrece al viajero, multitud de detalles. Como
Cifuentes, aunque también bastante reformado, el templo de San Miguel Arcángel
constituye uno de los elementos bizantinos más interesantes, si no de toda la
provincia, sí al menos de esa Alcarria
inmortalizada por Camilo José Cela en sus celebérrimos viajes. De hecho, y
frente a la iglesia, un pequeño cartel que rompe y sesga el blanco de la
fachada, recuerda al visitante que precisamente en esa casa, éste descansó de
los avatares del camino, durmiendo una provechosa siesta. Ocurrió tal
acontecimiento, el día 9 de junio de 1946. Es decir, durante los pormenores de
su primer viaje. Pero no sería hasta años después –en 1986, cuando vio la luz
su Nuevo viaje a la Alcarria,
realizado viajando en Jaguar y
teniendo como chófer a una espectacular hembra de ébano, a la que cariñosamente
llamaba Oteliña-, que concretara
algunos detalles del lugar y de sus gentes, que tal vez –siempre, por supuesto,
sin ánimo de ofender-, no estaría mal consignar en la presente entrada. Por
ejemplo, su opinión de que, en vista de que se veían muchos ojos azules, cabría
la posibilidad de que por las venas de sus habitantes, corriera la antigua
sangre goda, derramada generosamente en la tristemente célebre batalla del
Guadalete. O también de que se les llama, además de pantorrilludos –como a los
de Cifuentes y Cereceda-, de la viga atravesá, como a los de Horche y a los de
Loranca de Tajuña. Típicos tópicos aparte, lo cierto es que, se mire por donde
se mire, La Puerta es un pueblecito en el que, por una serie de circunstancias –subjetivas,
si se quiere-, el viajero interesado por los misterios relacionados con ciertas
órdenes de caballería, como la de los templarios, no puede por menos que
sentirse, cuando menos suspicaz. Máxime, si sabe que, continuando por la
carretera comarcal que le ha llevado hasta allí, y en pocos kilómetros,
desemboca en Zorita de los Canes, sobre los restos de cuya fortaleza –sabiéndose
ocupada posteriormente por los calatravos, como se constata, así mismo, su
presencia en el monasterio de Monsalud y posiblemente también aquí en La
Puerta-, pesa la leyenda de una anterior ocupación de éstos. Relevante, así
mismo, es el mismo topónimo: La Puerta. Un topónimo que, siguiendo los
comentarios de Oursel (1), estaría en la línea de algunos otros topónimos –La Espina,
La Guardia, La Torre, etc-, que determinaban lugares ocupados por estos, cuando
menos, aguerridos monjes-guerreros.
La advocación de la iglesia, sin
ser determinativa, ciertamente, también es interesante, siendo, el Psicostático
Arcángel, uno de sus santos predilectos y coincidiendo su construcción –siglos XII
y XIII- con el periodo de mayor esplendor de éstos en la Península, no siendo
casual, tampoco, la posterior presencia calatrava en los lugares donde la
tradición popular los situaba, pues, como opina Juan Eslava Galán (2): es
revelador que las primeras hornadas de frailes calatravos salgan de las propias
filas del Temple. Algunos indicios permiten sospechar que, en sus inicios, en
1164, Calatrava pudo ser una filial templaria. De orígenes templarios o no, lo que sí es evidente, es que La Puerta es un curioso y atractivo lugar, que llama la atención por su entorno y donde el románico que todavía sobrevive en su iglesia de San Miguel, como se ha dicho al principio de la presente entrada, es una verdadera joyita, que bien merece la pena conocer.
(1) 'Peregrinos, hospitalarios y templarios', texto de Oursel, fotografía de Zodiaque, volumen 10 de la Serie Europa Románica, Ediciones Encuentro, diciembre de 1986.
(2) Juan Eslava Galán: 'España insólita y misteriosa', Editorial Planeta, S.A., Barcelona, 2006.
2 comentarios:
Pues nunca he llegado a La Puerta (me quedé en Monsalud). Se ve un templo impresionante, seguro que tiene un pasado mágico.
No me cabe duda, Deme. Si te digo la verdad, yo llegué al lugar poco menos que de casualidad, pero mereció la pena. Ese entorno lo tendré que estudiar más detenidamente...
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