
Impresiones de un caminante madrileño recorriendo los lugares más emblemáticos y esotéricos de la provincia de Guadalajara
sábado, 24 de diciembre de 2011
Guadalajara se hace camino al andar os desea a todos una Feliz Navidad

miércoles, 21 de diciembre de 2011
La Virgen de los Enebrales de Tamajón
Aunque su nombre es Virgen de los Enebrales, todos en Tamajón y los pueblos de alrededor, la conocen con el cariñoso apelativo de la Serrana. También es cierto que, si bien la talla, a juzgar por lo poco que se ve de ella, no parece, ni remotamente la original, lo que representa sí que podemos decir que se remonta a los primeros tiempos de la Reconquista; aquellos tiempos oscuros en los que, una vez conquistado el territorio a los moros, se iniciaba en España el imparable fenómeno de la repoblación. Fenómeno que, curiosamente, también trajo consigo la aparición -o quizás, mejor dicho, la reaparición- de numerosas manifestaciones de la Virgen, acompañadas siempre del consiguiente milagro. Y en testimonio de aparición y milagro, aparecía misteriosamente -y perdón por la redundancia- una imagen virginal (1), en muchos casos, con evidentes connotaciones negras que, de una manera también sorprendentemente tozuda, deseaban ser veneradas en el mismo lugar de su hallazgo. Tal es el caso de ésta Virgen de los Enebrales, de Tamajón.(2) Una tradición, sitúa en la ciudad troglodita de Tiermes, la lucha entre Hércules, al que denominan Álamos y la terrible serpiente Elpha. Aparte de la mención del tema durante su paso por dicha ciudad -en el Cantar de Mío Cid, a Tiermes se la denomina Agriza- conviene recordar otro episodio singular en el que el Cid, valiéndose de su escudo -símil que también nos remonta al mito griego del combate entre Perseo y Medusa- logró derrotar a una terrible serpiente. Ocurría esto, según la tradición, en el pinturesco pueblecito burgalés de Barrio Pañizares. El recuerdo de Elpha, también forma parte de los bestiarios medievales, y se la puede localizar, entre otros lugares, en un capitel que se localiza en una de las iglesias románicas más decanas de Soria: San Miguel, situada en la localidad de San Esteban de Gormaz. Existe también otra representación de ella, en un capitel del pórtico del monasterio de San Martín de Turieno; o lo que es lo mismo, de Santo Toribio de Liébana, en los Picos de Europa.
martes, 20 de diciembre de 2011
La Ciudad Encantada de Tamajón

(1) John Ronald Reuen Tolkien: 'Cuentos desde el Reino Peligroso', Ediciones Minotauro, S.A., 2010, página 194.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Galve de Sorbe
Apenas una decena de kilómetros separan el curioso despoblado de Villacadima de otro pueblo, Galve de Sorbe que, a juzgar por las dos picotas que posee y el castillo que lo vigila como un silencioso halcón desde lo más alto de un cerro cercano, debió de poseer cierta relevancia en el pasado.Hay, sin embargo, una curiosa representación que, aunque no desconocida dentro del ámbito de la simbología cristiana, sí permite pensar en ese carácter solar del Cristianismo, afín a otros cultos anteriores, de los que es sabido que se nutre. Me refiero a ese imponente disco solar que impera en una de las casas cercanas a la Plaza Mayor, en cuyo centro, y en letras góticas -o similares- se observa el anagrama de Jesús. No dejo de pensar ahora, como lo pensé en aquellos momentos en los que apuntaba el objetivo de mi cámara hacia la fachada de la susodicha casa, en aquélla máxima atribuida a Jesús por los Evangelistas: Yo soy la Luz de este mundo.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Regreso a Villacadima

Como demuestran los numerosos graffitis de peregrino en el ábside de su iglesia -graffitis que, en numerosos casos desvirtúan las marcas originales de las cuadrillas de gansos que un día pasaron por aquí- su situación, cercana a las fronteras de Segovia y Soria, fue un día estratégica y lugar de parada y fonda para esos animosos peregrinos que, procedentes en su mayoría de Cuenca, atravesaban la Alcarria, siguiendo una ruta poco menos que olvidada hoy en día: Hita, Casas de San Galindo, Atienza, Albendiego y Campisábalos, para continuar desde Villacadima hacia Ayllón, ya en tierras segovianas, y desde allí seguir hacia Burgos, por las estribaciones y misterios de Villafranca Montes de Oca y el puerto de Pedraja.
No estoy muy seguro de que el hidalgo caballero don Quijote siguiera esta ruta, como pretenden hacernos creer los numerosos carteles diseminados por algunos pueblos de alrededor; pero sí sé que en estos campos yermos, ungidos de silencio, a veces los buscadores de setas encuentran retazos pétreos de memoria histórica, que apuntan a un lugar que en tiempos fue interesante, y hoy en dia, muñones de recuerdo tan solitarios, como las estrellas en el firmamento.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Ruteando por Guadalajara
