jueves, 12 de febrero de 2015

Sigüenza: Nuestra Señora de los Huertos


La construcción actual, es del siglo XVI, pero nada indica, a juzgar por la historia antigua de la romanizada ciudad celtíbera de Segontium, que no hubiera habido allí mismo una construcción anterior como se piensa, e inclusive el posible emplazamiento de la que, así mismo se supone, fue su antigua catedral. Su advocación, no obstante, de los Huertos, invita a especular –digo bien, especular-, no sólo como referencia convenientemente maquillada de las deidades de la fertilidad de los antiguos cultos precristianos, sino también, con la coincidencia añadida referida a lugares puntuales del Camino Jacobeo y a antiguas y a la vez mistéricas órdenes medievales de caballería, donde se podría sugerir, como pintoresco ejemplo, la antigua iglesia templaria de Santa María dels Horts o de los Huertos, actualmente conocida como iglesia del Crucifijo, en base al peculiar Cristo renano crucificado en una pata de oca, que se localiza en una de las capillas laterales de su interior.
Elegante en su diseño, y convertido en convento de clausura –el nombre de las clarisas por el que se le conoce, es suficiente tarjeta de presentación-, responde, según comentarios autorizados, a una mezcla de gótico tardío y primer renacimiento castellano. Cabe destacar de su estructura, y aparte de las gárgolas y otras relevantes figuras –entre ellas, la de Santiago peregrino-, la forma hexagonal de su ábside o cabecera. Destaca, así mismo, uno de los escudos que se aprecian en la fachada, que muestra, en los cuartos separados por una cruz de San Andrés, dos pequeñas cruces florenzadas en ambos laterales, ocupando el cuarto superior, una media luna y una estrella de ocho puntas. De su interior, y conservando íntegra su policromía original, son reseñables los puntos de bóveda, así como aquellos otros, laterales, en los que se aprecia a ángeles portando el escudo anteriormente descrito y la jarra con los lirios o azucenas, característico de la figura de la Virgen y de las edificaciones de carácter cistenciense.

El pequeño retablo principal, está presidido por una imagen de la Virgen titular, Nª Sª de los Huertos, perdido su sedentarismo y con el Niño en brazos. Una imagen, no obstante interesante, bien de alabastro o de piedra policromada, cuyo diseño recuerda bastante -salvando algunas diferencias- aquélla otra imagen virginal que se localiza en la denominada Capilla de Adoración de los Sagrados Corporales, en la basílica de Santa María de Daroca, provincia de Zaragoza. La parte superior del retablo, muestra la milagrosa aparición de la Virgen entre un coro florenzado del que asoman cabezas de querubines, definiéndose el resto de escenas en diferentes episodios de la vida de ésta y de Jescristo.


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